sábado, 29 de agosto de 2015

LADILLAS ESPAÑOLAS

Si ponemos el televisor y vemos a la reina de Inglaterra otorgando la medalla del Imperio Británico a un actor de moda, nos parecerá un acontecimiento importantísimo y súper digno de aparecer en las portadas de las revistas del corazón. Aunque dicho Imperio Británico apenas duró poco más de medio siglo, y apenas se preocupó del desarrollo humano de los pueblos conquistados.
Sin embargo, si en España se creara la medalla del Imperio español, nos faltaría tiempo a los propios españoles de calificar tal iniciativa como retrógrada y fascista. Reaccionaríamos así, sin considerar que el mal llamado Imperio español colaboró notablemente en la creación del mundo moderno, a través de más de tres siglos de descubrimientos, cultura, derechos, y, por supuesto, equivocaciones.
J. SÁNCHEZ GALERA


Aquí, adoradores del petardeo, nominaríamos como ladis a zánganos pantojiles o a puntos filipinos. Con tal gentucilla, más que ladis, acabaríamos teniendo ladillas. Así somos.

jueves, 13 de agosto de 2015

REBELDÍA

Yo soy rebelde
porque el mundo me ha hecho así…
Jeanette

A mediados del siglo XX occidente fracasaba en Cuba, se tragaba el muro de Berlín, liaba lo de Vietnam y más. La CIA y el M16 canalizaron la rebeldía del momento hacia movimientos de música estridente, consumo de drogas, filosofía oriental y amor libre. Los rebeldes, en vez de enredar, se hicieron hippies.
En España, durante la Transición, el CESID encauzó la anarquía mediante una anticultura hortera, cheli, con drogas y sexualidad soez. Incluso un insensato carcamal gubernativo invitaba a la drogadicción: ¡Quién no esté colocado que se coloque!¡Y al loro!
Hoy, la ingeniería social mimetiza al rebelde español con actitudes que pretenden romper las bases sociales pero que, alcanzado el Poder, muestran su incapacidad de alternativa y de soluciones con gestos contra toros, himno y bandera, yendo en bicicleta u otras sandeces. Y a dominar los de siempre.
Encaucemos correctamente nuestra rebeldía. Podríamos acabar como el más borrego del rebaño.