jueves, 29 de enero de 2015

EL CANARIO

“Vaya, vaya. Resulta que el canario que sabía cantar, no sabía volar”
(Sentencia mafiosa)

Ésta es una conocida amenaza que la mafia aplica a los chivatos, una vez que los ha liquidado.
En los tiempos que corren tendremos que ir familiarizándonos con este argot y con sus consecuencias. Las múltiples mafias son el poder dominante hoy en día. Y manejan a su antojo a políticos, partidos y demás poderes en todos los países el mundo.
También proliferan los canarios en nuestros círculos laborales, sobre todo en los dependientes de la administración (hospitales, universidades, por ejemplo). Esos ambientes, habitualmente dominados por la endogamia, la politización y otros cohechos, hacen aflorar a resentidos o pelotilleros cuya ambición les convierte en soplones que delatan con desvergüenza a sus estimados compañeros. La pega que padecen tales pájaros es que tampoco saben volar.

jueves, 15 de enero de 2015

JE NE SUIS PAS CHARLIE

En Europa se defiende la libertad de expresión de una manera intolerante e irrespetuosa: cuanto más se insulta a una religión, más libre parece la expresión.
Joseph Ratzinger

Hace años, la figura que ganó el premio de ingenio y gracia en la cabalgata del ninot de mi pueblo la formaban dos imbéciles, uno disfrazado de Papa al que le caía la baba, y otro con un babero. El galardón lo entregó un gilipollas de alcalde socialista. Aunque curas y franquismo me hicieron agnóstico y ácrata y, si bien no me tentó asesinarles, sí tuve ganas de liarme a hostias con ellos (alcalde incluido).

Juan Pablo II, figura religiosa y secular, nos demostraba por entonces que un hombre enfermo y decrépito, mantiene su dignidad.

La burla religiosa ofende a mucha gente. Los periodistas de Charlie eran unos gamberros que no merecían morir a manos de unos salvajes: indudablemente, la vida es un derecho inalienable. Pero la solidaridad con ellos no se puede plantear desde la libertad de expresión.